Tras una receso para tomar un té con galletas “muy British” continuamos con charlas más específicas a las que nos habíamos apuntado con antelación. Yo había elegido SEN (Students with Especial Needs) y pese a que la persona que daba la charla conocía este tema, no fue lo que yo esperaba puesto que se concentró en alumnos con trastornos como el autismo. Como en este taller estaba con las chicas polacas decidí marcharme con ellas a comer.
El curso continuaba por la tarde pero fue lo
mejor de todo el día. Los organizadores nos llevaron a visitar algunos de los
lugares más emblemáticos de Bath. Nos habían preparado una hoja con preguntas
que el resto de mis compañeros trabajarán el miércoles. Bath es una ciudad con
mucha historia y así nos lo hizo entender Andrew Camp que ejerció de perfecto
Cicerone, papel que le venía que ni pintado puesto que es profesor retirado de
Geografía e Historia. Andrew nos contó anécdotas muy interesantes sobre los
edificios construidos en Bath, sobre los pobladores que habitaron en ella (nos
solo los romanos) y personajes importantes que pasaron por esta ciudad.
El momento más increíble del día fue el fin de
la visita cuando nos llevaron a The Pump Room, un lugar muy conocido en Bath
porque es un conocido salón de té junto a los Baños Romanos.
Allí pudimos probar té con un Bath Bun que se
untaba con una mantequilla aromatizada con canela, algo muy típico del lugar en
el que estamos. Mientras tanto éramos amenizados por unos músicos que tocaban
piezas de música clásica.
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