viernes, 1 de septiembre de 2017

My last days in Dublin!

¡Hola!

Después de volver a España y disfrutar de mis últimos días de vacaciones en casa, tenía pendiente contaros qué tal fue mi última semana en Dublín. Además de las clases, esos últimos días tuve el examen del CAE, así que los profesores nos pusieron a trabajar con modelos reales de examen para que supiésemos lo que nos íbamos a encontrar, qué se nos pedía en cada ejercicio, que nos controlásemos el tiempo, etc. Si alguna vez os presentáis a un examen de este tipo os aconsejo que hagáis un curso de preparación específico o que compréis algún manual con modelos de examen, porque muchas veces es tan importante tener un buen nivel de idioma como conocer el tipo de prueba al que te vas a enfrentar.

Como tenía que prepararme el examen, esa última semana no pude ver tantas cosas como me habría gustado y tengo muchas apuntadas para una próxima visita. Lo mejor sin duda fue asistir a una representación del musical Once. ¿Conocéis la película en la que está basado? Se trata de un film indie irlandés, que en el año 2007 fue un auténtico fenómeno en los EEUU, consiguiendo el Óscar a la mejor canción original. Si la película no os suena, puede que la canción sí:


El musical se representa en el Teatro Olimpia de Dublín. El decorado representa un típico pub irlandés, y lo más curioso es que, en la hora anterior al comienzo de la función y durante el descando, ¡se convierte en un verdadero bar! Es posible subirte al escenario y tomarte una pinta, ver los decorados más de cerca o echarte unas fotos.


Cuando la función va a comenzar, los actores se suben al escenario y comienzan a tocar como si de verdad estuviesen en un pub. Después de unas cuantas canciones, el público baja a sus butacas y comienza la función. 


Es una pena que no os pueda poner un trocito del musical, pero como sabréis está prohibido grabar una vez que ha comenzado la función. Si alguna vez tenéis la oportunidad de verlo os lo recomiendo, a mí me pareció maravilloso ❤ Además de la obra en sí, el encanto del teatro (del siglo XIX) y el ambiente que había entre el público (¡la gente comía hasta palomitas!) hicieron que fuese una experiencia genial.

Ya para despedirme de la ciudad una vez terminado mi curso y mis exámenes, me di una vuelta por Temple Bar para escuchar algo más de música en directo. La verdad es que han sido dos semanas intensas pero en las que he aprendido mucho, he podido conocer algo de Dublín, de Irlanda y de los irlandeses, y he mejorado mi nivel de inglés, que es de lo que se trataba. De hecho, y una vez superado el periodo de adaptación, me he dado cuenta de que sé mucho más inglés del que pensaba y que solo necesitas un poco de inmersión para que de repente todo empiece a fluir. Ya conocéis el dicho: Use it or lose it!  Así que espero poner en práctica todo lo que he aprendido estos días, y que se vea reflejado en este curso que empieza hoy. 


¡Os espero en el Damián Forment!

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